Como
acostumbró a hacer en otras ocasiones, Hitler quiso dar un escarmiento de libro
a Pío XII en forma de ocupación. No podía permitir tanto desdén. ¡El Vaticano!
Lo pagaría caro
Después de su habemus papam, Pío XII no volvió a condenar el antisemitismo |
En marzo del 37, Pío XI,
a quien la prensa del momento calificó como «un indisciplinado de Hitler»,
había hecho publicar una encíclica, Mit
Brennender Sorge, en la que se aludía explícitamente al nazismo latente de
Alemania. Ese año, al contrario de lo que se ha dicho en muchas ocasiones y que
apunta a la legitimidad intimidatoria del régimen nacionalsocialista, rastreaba
la sangre de lejos. El terruño Europeo anunciaba
carmines. Se veía venir.