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La piedra del tesoro.

Para muchos podrían tratarse de simples garabatos en un piedra. Sin embargo, un grupo de arqueólogos de la Universidad de Zaragoza, capitaneados por Pilar Utrilla, han descubierto que lo que verdaderamente esconde esta roca es el mapa más antiguo de la Europa Occidental. Hace exactamente 13.660 años los habitantes de la cueva de Abauntz, localizada en Navarra, dibujaron en la roca lo que veían con sus propios ojos, y hoy tenemos ante nosotros una de las joyas de la arqueología, el mapa con mayor antigüedad.

Desenmarañar este conjunto de líneas, símbolos y dibujos no ha sido nada fácil. Este grupo de arqueólogos lleva más de quince años intentando descifrar su significado, dar una respuesta científica a estos trazos misteriosos. Por fin lo han conseguido.

La piedra fue descubierta en 1993 en la cueva navarra de Abauntz, donde han aparecido otras con grabados. El trabajo de este equipo de investigación se ha centrado prácticamente en los hallazgos de esta cueva. En los últimos años estos arqueólogos han publicado varios trabajos sobre la decoración de esas piedras.

Todo transcurría con total normalidad hasta que poco a poco se fueron dando cuenta de las dimensiones de su hallazgo. Tenían entre sus manos una de las piezas que marcarán la historia reciente de la arqueología española. No era un dibujo más, era un croquis en el que se plasmó casi fielmente, de forma exacta, un espacio geográfico.

«Un tesoro escondido».

En la piedra, probablemente tallada con un buril, aparece grabada la montaña situada enfrente de la cueva, la de San Gregorio, así como el río, sus afluentes y el llano, en el que diversos círculos quizás representaban zonas con agua encharcada en invierno, además de los animales que vivían en ese lugar.

Las dos caras de la piedra están llenas de líneas incisas y, aunque las que proyectan animales son fáciles de reconocer, el resto representan un universo de garabatos. La complicación es tal que los arqueólogos aragoneses llevan años fijando toda su atención en la piedra. En una de las caras de la roca están representados un ciervo y dos pequeños renos. Encima de ellas, una serie de líneas que ahora ya tienen explicación.

Según Utrilla, probablemente los habitantes de esa zona en la antigüedad dejaban los bloques grabados en la cueva para acordarse de dónde estaban situados los lugares. Sería para ellos «como un plano del tesoro». Sólo que entonces el tesoro no eran monedas ni joyas de oro. Los huevos de pájaro y las setas eran su particular fortuna.

Impacto social.

El hallazgo ya ha comenzado a dar que hablar en el viejo continente. La revista «Journal of Human Evolution», la más prestigiosa del sector, la que ha dado a conocer la mayor parte de los hallazgos de Atapuerca, ha sido la encargada de desvelar el secreto que guardaban entre sus manos estos arqueólogos.

Ahora, ellos mismos van a ser los que publiquen un libro contando sus investigaciones, los hallazgos que han realizado en esta cueva navarra y las principales conclusiones de sus muchos años de estudio.
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Extraído de ABC

1 comentario:

Enrique F. A. dijo...

Saludos:

Muy interesante tu blog. Muchas gracias por haberte dado una vuelta por el mío. Particularmente, me gusta muchísimo la historia y en cuanto termine de hojear un poco los demás blogs de la categoría sabré qué hacer con mi voto. =)

Como sea, te he colocado ya en mi lista de blogs a leer.

Un abrazo desde México. ;)