El fuego que arrasó la ciudad eterna
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Imagen meramente ilustrativa. |
En el año 64 d.C., Roma sufrió uno de los peores desastres de su historia: un incendio de enormes proporciones que se extendió por varios días y destruyó gran parte de la ciudad. Según algunas fuentes antiguas, el fuego comenzó en la noche del 18 de julio, cerca del Circo Máximo, y se propagó rápidamente por los barrios más pobres y hacinados de la urbe, donde las casas eran de madera y paja. El viento y la falta de medios para combatir el fuego favorecieron su avance, que llegó hasta el centro de la ciudad, donde se encontraban los edificios más importantes y lujosos, como el Foro, el Capitolio, el Palatino o el Templo de Júpiter.