Trajano y Adriano: los emperadores hispanos que marcaron la historia de Roma

Dos destinos entrelazados por la adopción y el poder Imagen ilustrativa e idealizada de Trajano. Trajano y Adriano fueron dos de los emperad...

Una Venus esculpida en marfil de hace 35.000 años, la figura humana más antigua.

De igual modo en que Picasso consideró que el arte no había inventado nada desde las pinturas rupestres de Altamira, bien podría Botero decir que desde las esculturas del Paleolítico Superior europeo «todo es decadencia». La larga trayectoria de expresión simbólica europea a través de tallas de huesos y piedras acaba de encontrar un nuevo origen con el hallazgo de la que es posiblemente la figura humana esculpida más antigua del mundo.

La estatuilla, esculpida en marfil proveniente de una hembra de mamut, ha sido bautizada, como manda la tradición, con el nombre de Venus. Con una altura de unos 6 centímetros, representa el cuerpo de una mujer con los rasgos sexuales muy exagerados y fue encontrada en una de las cuevas de Hohle Fels, cómo no, en la región de Suabia en Alemania; una auténtica mina del arte europeo más primitivo. En este caso, más de 30 mediciones con radiocarbono han dado a la pieza una antigüedad de al menos 35.000 años, aunque Nicholas Conard, arqueólogo de la Universidad de Tubinga (Alemania) y autor del estudio publicado en Nature, le concede hasta unos 40.000 años. En cualquier caso, en los comienzos de la cultura Auriñaciense.

No se trata, ni mucho menos, del único trabajo en marfil de principios del Auriñaciense, pero sí es, de momento, la única figura humana de esa época. Este descubrimiento revoluciona la hasta ahora extendida teoría sobre la evolución de la cultura del Homo sapiens en Europa, que situaba la aparición de artefactos simbólicos y representaciones figurativas del cuerpo humano algunos milenios después, en fases posteriores del Auriñaciense suabo.

Hipertrofia de los rasgos sexuales.

La Venus de Hohle Fels es similar a otras estatuillas femeninas que aparecieron más tarde en la cultura Gravetiense, unos miles de años después, en la hipertrofia de los rasgos sexuales, como el pecho y la vulva, y el detalle casi preciosista de manos y dedos, cuya precisión puede apreciarse también, según Conard, en la recién descubierta estatuilla.

El tamaño desproporcionado de los órganos sexuales y su carácter explícito podrían ser vistos «según los criterios del siglo XXI como casi rozando la pornografía», escribe Paul Mellars, de la Universidad Stony Brook (EEUU), en un comentario publicado en el mismo número de la revista Nature. Pero los fines en la prehistoria debieron ser bien distintos. Según algunos expertos, la deformación de los caracteres femeninos obedece a una posible intención de reflejar la fertilidad, al igual que aparecieron en la misma época símbolos fálicos tallados en hueso. Para otros, eran objetos chamánicos utilizados en rituales.

Otras características de estas Venus del Paleolítico superior, siguiendo probablemente la escuela que creó la de Hohle Fels, es el contraste de los rasgos sexuales con la pequeñez de brazos, piernas y cabeza, en un intento claro, opinan los arqueólogos, de restarle importancia al resto del cuerpo. En el caso de nuestra Venus primigenia, la cabeza es tan ínfima que representa apenas una especie de aro que sirvió sin duda para pasar el cordel que permitía colgarse al cuello la figurilla, a modo de collar.

No obstante, lo más importante desde el punto de vista de la evolución es que tan antigua expresión artística da nuevas pistas sobre cómo se originó la cultura europea de nuestra especie, pues la presente escultura fue tallada muy poco tiempo después de la llegada de los primeros Homo sapiens a Europa. «Lo más sorprendente es la erupción repentina de todas estas formas artísticas con la llegada del sapiens a Europa», añade Mellars.

Curiosamente, fue en aquellos mismos instantes en que nuestros ancestros recién llegados de África esculpían aquellas figuras, contribuyendo al florecimiento de su cultura, cuando los Neandertales dieron sus últimos pasos sobre la Tierra.
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Extraído de El Mundo

Hallan en el ARN nuevas pistas sobre el origen de la vida en la Tierra.

La ciencia continúa en su intento de dar respuesta a los misterios de los orígenes de la vida sobre la Tierra. Esta vez, un grupo de químicos cree haber dado con nuevas pistas sobre la aparición de las primeras moléculas como almacenes de información genética. Sus hallazgos aparecen publicados en la revista británica Nature.

En los mamíferos, los peces o las bacterias, la información genética se almacena en el ADN (acido desoxirribonucleico). Por su parte, el ARN (ácido ribonucleico) desempeña un papel activo para traducir esta información y permitir la síntesis de moléculas activas en el organismo.

Sin embargo, a veces la propia información genética se almacena en forma de ARN. Es el caso de los virus. Siendo el ARN más robusto que el ADN, los científicos han formulado la hipótesis según la cual "un mundo de ARN" precedió al actual, en el que el ADN domina las formas de vida. Como su primo el ADN, el ARN asocia tres tipos de moléculas: un azúcar, un grupo fosfato y una base que vehicula la información genética.

La idea más extendida entre la comunidad científica establece que estos tres tipos de moléculas debieron aparecer de forma separada en la Tierra promigenia. Pero lo que los químicos no han llegado a entender es cómo esas moléculas pudieron asociarse para constituir el ARN.

A través de trabajos de síntesis química en laboratorio, John Sutherland, de la Universidad de Manchester (Reino Unido), y colegas han descubierto una posible pista de cómo el ARN pudo aparecer sin la ayuda de enzimas, gracias a los rayos ultravioletas y al fosfato.

Los investigadores utilizaron moléculas presentes en la Tierra primitiva y provocaron reacciones químicas en modelos de ambientes geológicos como los que existieron en tiempos remotos.

En la misma revista, un segundo estudio recalca cómo el ARN, tradicional fuente de interés para explicar el origen de la vida, es buscado por los científicos en las profundidades oceánicas. El equipo de Edward DeLong, del MIT (EEUU), ha catalogado ya distintos y "pequeños" ARN directamente del plancton.
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Extraído de El Mundo

Rescatando tesoros egipcios.

Ya han transcurrido más de 120 años desde que el arqueólogo español Eduardo Toda hallara la tumba del artesano Sennedjem (siglo XIII a.C.) en Deir el Medina, en la orilla oeste de la ciudad egipcia de Luxor.

El diplomático catalán, que fue nombrado en 1884 Cónsul General de España en Egipto, participó en numerosas expediciones en el Alto Egipto, iniciando una labor cuyo relevo han tomado numerosos arqueólogos españoles a lo largo del siglo XX y que en la actualidad siguen trabajando para sacar a la luz los tesoros egipcios.

Hasta el próximo 25 de mayo el Museo Egipcio de El Cairo rinde homenaje al esfuerzo de los arqueólogos españoles con una exposición en la que se muestran sus principales hallazgos. Se trata de 137 piezas originales expuestas en dos salas del mítico museo, la 44, que es la que se utiliza habitualmente para las exposiciones temporales, y la sala contigua.

La puerta de madera policromada de la tumba de Sennedjem, descubierta en 1886 por Eduardo Toda, el primer egiptólogo español, da la bienvenida al visitante. "Esta puerta simboliza la entrada de España en la egiptología", explica a elmundo.es Carmen Pérez Die, comisaria de la muestra y conservadora jefe del Departamento de antigüedades egipcias y de Oriente Próximo del
Museo Arqueológico Nacional.

La aventura española en Egipto comenzó en una época convulsa en la que, a pesar de la prohibición de hacer excavaciones, buscadores de tesoros saqueaban las tumbas para vender los objetos en los mercados de antigüedades. En 1883 se autorizó a todos los residentes de Egipto a excavar en yacimientos si se conseguía la autorización de la Dirección de Antigüedades.

En España no existía una tradición egiptológica y partía con muchas dificultades respecto a otros países como Francia, Alemania o el Reino Unido. Era necesario formarse fuera porque aquí no había estudios de Arqueología.

Campaña para salvar los templos de Nubia.

En los años sesenta, España colaboró en la misión internacional de salvamento de los templos de Nubia amenazados por la construcción de la presa de Asuán, al sur del país. "La preparación de los arqueólogos españoles comenzó con la campaña de Nubia. Tuvimos que marcharnos a otros países para formarnos", señala Carmen Pérez.

En agradecimiento, el Gobierno egipcio regaló a los españoles miles de objetos hallados en las excavaciones (actualmente se exhiben en el Museo Arqueológico Nacional), así como el Templo de Debod, dedicado a Amón e Isis. El templo fue trasladado piedra a piedra a Madrid en 1968.

Asimismo, en 1966 Egipto otorgó a España el yacimiento de la Heracleópolis Magna, situado en el Medio Egipto, en el que se sigue excavando. Carmen Pérez Die dirige los trabajos desde 1984, cuando tomó el relevo de Martín Almagro.

Este yacimiento ha servido de escuela para muchos arqueólogos españoles, que han participado posteriormente en otras misiones. Han transcurrido 25 años desde que comenzó aquella excavación y en la actualidad los arqueólogos españoles participan en 11 misiones en Egipto (cinco de ellas están dirigidas por españoles).

Sarcófagos, objetos funerarios, cerámicas y esculturas halladas en yacimientos excavados por arqueólogos españoles como la Tumba de Kha'merernebti, los yacimientos de la Heracleópolis Magna, Dra Abu El-Naga y Oxirrinco o la Tumba de Sen-en-Mut reflejan la aportación española a la investigación de la historia del antiguo Egipto.

La exposición en el Museo de El Cairo, que ha sido organizada por el Ministerio de Cultura a través de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, fue inaugurada el pasado mes de abril y podría viajar a España tras su paso por El Cairo.

Ha pasado más de un siglo y a pesar de los numerosos templos, tumbas y restos arqueológicos que asombran y fascinan al visitante que llega a Egipto, los expertos calculan que sólo ha salido a la luz un 30% del legado egipcio. El país del Nilo es todavía una tierra llena de secretos y de misterios escondidos bajo tierra que seguirán sorprendiendo a nuestros arqueólogos.
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Extraído de El Mundo

Los humanos de la Edad de Piedra usaban pegamento.

Los seres humanos utilizaban pegamento en la Media Edad de Piedra, hace entre 200.000 y 30.000 años, según un estudio realizado por varios expertos de la Universidad de Witwatersrand, en Sudáfrica. El uso de compuestos adhesivos, aseguran los investigadores, refleja una complejidad en la cognición humana similar a la del actual 'Homo sapiens'.

Los científicos encontraron restos de compuestos adhesivos junto a microfracturas en utensilios de piedra de hace unos 70.000 años en la cueva Sibudu, en Suráfrica. Y consiguieron la 'receta': algunas plantas elásticas y polvo rojo ocre mezclados en una proporción adecuada para ser adherente. Se encontraban en lugares donde una vez hubo insertado un mango. En otros casos, la receta incluía polvo negro o blanco, pero no rojo.

"Nosotros conocemos la posibilidad de que la gente de Sibudu colereara sus armas simbólicamente, quizás como una ofrenda de sangre, pero no era una explicación satisfactoria", reconocen los autores en la revista 'Proceedings of National Academy of Science'.
El problema es que este rojo ocre no estaba en todo el utensilio, sino sólo en la zona donde pudo haber un mango. Tenía que ser una especie de pegamento.

Para dar consistencia a su hipótesis, el equipo, liderado por Lyn Wandley, encontró los componentes en la naturaleza. Se trata de una acacia que exuda una sustancia pegajosa por las grietas de su corteza. Esta goma es utilizada en la industria alimentaria como emulsionante y estabilizador. Debido a que tiene ácido urónico, es ideal para completar la composición con el óxido ocre, que es hierro.

Después de replicar la fórmula, Wandley y sus colegas hicieron pruebas de 'pegado' de varios utensilios, exactamente igual que los antepasados en la Edad de Piedra. Y funcionó en la mayoría de los casos con éxito.

"No tenemos todas las respuestas sobre la elección del rojo ocre para algunos de ellos componentes adhesivos prehistóricos. Podríamos decir que su contenido alto de hierro tiene relación con ello, pero también tiene desventajas. Habrá que seguir investigando", apuntan los investigadores sudafricanos.

En todo caso, recuerdan que se trata de lo que denominan 'pirotecnología', en la que hay que tener en cuenta numerosos factores, como la temperatura, la mezcla de componentes o la formación de carbones.

En definitiva, concluyen que los humanos de hace decenas de miles de años eran unos artesanos "con capacidad para pensar en términos abstractos acerca de las propiedades de las plantas y los productos naturales con óxido. Cualidades como el óxido, hidratación o sequedad son pensamientos complejos. Hacer el pegamento precisaba una capacidad operacional a múltiples niveles".
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Extraído de El Mundo

La historia de España a través de sus tesoros.

Más de 400 piezas históricas de distintos puntos de España componen la exposición 'El tesoro arqueológico de la Hispanic Society of America' que desde hoy día 11 de mayo y hasta el 30 de junio permanecerá abierta en el Centro Cultural Cajasol, en Sevilla.

Además, la muestra reúne piezas del Museo Arqueológico de Sevilla, la Casa Museo Bonsor de Mairena del Alcor, el Archivo General de Andalucía y colecciones particulares con las que se pretende mostrar al público español "el alma de lo que es Sevilla", según ha dicho Constantino del Álamo, uno de los comisarios de la exposición.

Desde la prehistoria hasta el siglo XX, las 409 piezas que componen la exposición son un recorrido por la historia de España a través de restos arqueológicos, libros y documentos gráficos reunidos por el hispanista Archer M. Huntington, fundador de la Hispanic Society of America.

"Son obras que han estado siempre presentes, pero en la lejanía", ha señalado Manuel Bendala, otro de los comisarios de la obra, quien ha remarcado que las piezas expuestas "vienen después de cien años desde su marcha a Nueva York".

"Huntington intentó recoger toda la tradición cultural de España", por lo que la muestra es un recorrido "desde su tiempo hasta la prehistoria", ha explicado Bendala.

Entre las etapas representadas, se encuentran vasos campaniformes prehistóricos de El Acebuchal (Carmona), marfiles que atestiguan la presencia fenicia en Andalucía obtenidos en las Necrópolis de Bencarrón, El Acebuchal y Cruz del Negro (Sevilla), gran parte de las joyas y piezas decorativas que conforman el Tesoro celtibérico de Palencia o la figura del dios oriental egipcio Reshef, adquirida por Huntington en 1912 y que formó parte de su colección personal hasta que fue cedida al museo de la Hispanic Society tras su muerte.

Un legado inédito en España.

Archer M. Huntington comenzó a coleccionar piezas de arqueología española en 1898, cuando inició sus excavaciones en Itálica, aunque no creó el Museo Arqueológico de la Hispanic Society hasta 1912, institución de la que proceden la mayoría de las piezas expuestas.

Fue en esta época también cuando el hispanista entró en contacto con George Bonsor -estudioso de la arqueología de Los Alcores- y uno de sus principales asistentes en el conocimiento de la arqueología de la región.

"Bonsor le proporcionó el principal legado que Huntignton reunió posteriormente en Nueva York", ha explicado Manuel Bendala, por lo que la exposición es además testimonio de la unión y del estrecho trabajo entre ambos.

Esta unión permitió conocer las excavaciones de Itálica y Carmona a Huntington, quien encargó además a la fotógrafa Ruth Anderson una colección de imágenes de los pueblos de España para completar sus descubrimientos.

"La personalidad de Huntington constituye un capítulo esencial en el hispanismo universal", ha destacado Bendala, que ha permitido el "conocimiento de España fuera de España" desde la puesta en marcha de la Hispanic Society.

Ésta es la primera vez que se muestra en España una parte del legado arqueológico de la Hispanic Society of America, que actualmente cuenta con un museo, una biblioteca de investigación -para el estudio de las artes y la cultura de España, Portugal e Iberoamérica- y la editorial Seminario de Estudios Medievales.

A través de iniciativas como ésta, el comisario de la obra Manuel Bendala ha destacado el papel "referente" de la Hispanic Society en la transmisión de la cultura española fuera de España.

Extraído de El Mundo

La gran escapada del castillo nazi.

Un total de 32 soldados aliados lograron fugarse de la prisión alemana de Colditz durante la II Guerra Mundial.

El plan de fuga les llevó unos tres meses de preparación. En la tarde del 29 de mayo de 1941, el teniente Pat Reid entró en el comedor y esperó la señal para continuar. Luego, se adentró en el túnel y escaló hasta la hierba. En ese momento, una voz gritó: Hände hoch! Hände hoch! (¡Manos arriba!). El guardia al que habían sobornado los traicionó. Se quedó con los 100 reichmarks, ganó un permiso extra y una promoción. La fuga fracasó. Fue una de las primeras tentativas de Pat Reid de evadirse del castillo de Colditz, donde fueron cautivos cientos de prisioneros aliados durante la II Guerra Mundial.

Construido para reunir en un mismo cesto a todas las manzanas podridas, es decir, a los oficiales peligrosos que ya contaban con intentos de evasión, Colditz situado entre Leipzig y Dresde fue la primera prisión de alta seguridad nazi. Göring visitó el campo y lo declaró "a prueba de fugas". Por ella pasaron oficiales polacos, británicos, belgas, franceses, holandeses. Hacia 1941, había unos 500 soldados.

Los cerebros de la evasión crearon todo un submundo con el objetivo de fugarse. Así, los prisioneros fabricaron sus propias herramientas para duplicar las llaves de algunas puertas, hicieron copias de mapas y falsificaron cientos de documentos. En otro intento, Reid se disfrazó de pintor, llevando cubos de cal y una escalera, "pero en pocas horas volvió a estar entre rejas", relata Laura Manzanera en el libro Grandes fugas (Península).

Evasiones disparatadas.

Una de las tentativas más sonadas fue la del oficial británico Peter Allan, que logró salir del campo escondido en un camión que transportaba colchones a otro campo. Allan, que hablaba alemán con fluidez, se disfrazó con un uniforme nazi, se metió en un colchón y lo tejió por dentro. En Stuttgart, salió por la ventana y convenció a un oficial de las SS para que le llevase en coche hasta Viena. Sin dinero, optó por pedir ayuda en el consulado de EEUU. Se la negaron y, capturado, regresó a Colditz.

Los presos sobornaban a los guardias y a personas del pueblo mediante artículos que les enviaba la Cruz Roja. Incluso el teniente Cenek Chaloupka tenía una novia en el pueblo a la que sacaba información. Pero la seguridad alemana aumentó y a finales de 1943 las potenciales vías de escape habían sido cortadas.

La evasión definitiva.

Pat Reid logró escapar en 1942, "con un plan que se le podía haber ocurrido a un niño": saltar por una de las ventanas de la cocina, atravesar el camino de un centinela cuando este les diese la espalda y esconderse en un pequeño hoyo en una esquina del patio. Después se escapó por las alcantarillas y saltó la pared del foso con ayuda de unas sábanas. "Durante cuatro días, Pat y su acompañante anduvieron sin descanso y viajaron en tren hasta entrar en Suiza". De Colditz consiguió huir más de una treintena de presos, de los cuales 15 regresaron a casa.

Los pilotos Jack Best y Bill Goldfinch idearon otro de los intentos de escapada más ambiciosos de Colditz: la construcción de un planeador. Los palos de las alas estaban construidas por tableros del suelo y los cables de control fueron extraídos del sistema eléctrico que utilizaba el castillo. La guerra terminó antes de que pudieran finalizar la nave: en abril de 1945, los tanques estadounidenses conquistaron el castillo y los prisioneros fueron liberados.

Extraído de Público

En casa de los familiares 'palentinos' de Teodosio.

El palacio de La Olmeda, una magnífica villa de la época bajoimperial situada al norte de Palencia, acaba de abrir sus puertas tras una profunda remodelación. Sus dueños bien podrían ser los aristocráticos suegros de Marco Didio Falco, el protagonista de las novelas de Lindsay Davis sobre la Roma de los Césares. Pero si atendemos a la 'leyenda', habría pertenecido a la familia del emperador Teodosio, nacido en la localidad segoviana de Coca.

El palacio constituye un ejemplo inmejorable de vivienda patricia en una época en que la crisis había empujado a las clases altas de la ciudad al campo. Son 4.000 metros cuadrados donde se distribuían más de 30 habitaciones, jardín, baños y pórtico, entre otros aposentos. En ese espacio habitaba, hacia el siglo IV d. C., un grupo familiar de cerca de 20 miembros, un dato que evidencia unas técnicas constructivas muy poco alejadas de las nuestras, amén de la suntuosidad de una decoración en la que destacan sus valiosos mosaicos.

Los arquitectos Ángela García de Paredes e Ignacio García-Pedrosa han diseñado un moderno edificio para los visitantes con espectacular cubierta, una fachada en acero que se asemeja, en la lejanía, a las abundantes choperas que salpican la zona. El interior permite percibir de forma diáfana la estructura de la villa, con las diferentes estancias delimitadas por tela metálica semitransparente. Desde el patio central se accede a nada menos que 27 piezas, una docena de ellas con mosaicos, lo que convierte a La Olmeda, próxima al municipio de Saldaña, en uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la Hispania romana.

Las habitaciones, si hacemos caso a las presunciones de los arqueólogos, incluirían un almacén o despensa y una especie de lagar o bodega donde depositar (en ánforas incrustadas en el suelo) vino y aceite. El salón principal, de 175 metros cuadrados, conserva el principal tesoro del complejo, el gran mosaico que cada mañana admiraban los amigos y clientes del 'pater familias', toda vez que el recinto estaba destinado a impresionar a las visitas.

El recuerdo de la afición a la caza.

'La alfombra de piedra' narra un episodio de la guerra de Troya protagonizado por Aquiles y Ulises. En la cenefa que lo rodea aparecen, en medallones, 18 rostros masculinos y femeninos elaborados a partir de pequeñísimas teselas que inmortalizan a la familia de la villa. De la gran afición cinegética del propietario da cuenta una excelente escena de cacería justo debajo y el hecho de que, en los basureros de las inmediaciones, hayan aparecido cornamentas de animales y utensilios para la caza, además de atalajes de caballos y carros.

El palacio tenía una fachada porticada con columnas flanqueada por dos torres octogonales en los extremos. Un gran vestíbulo conducía al interior y a la galería sur, por la que discurría una arquería de ladrillo (parte de la cual, aunque parezca mentira, se conserva) que soportaba un piso superior.

Los muros estaban construidos a partir de un basamento de piedra sobre el que iban tres filas de ladrillo y, a continuación, tapial con entramado de madera 'escondido' tras una placa de yeso decorada con motivos geométricos para imitar el mármol.

En una de las habitaciones de la zona oriental se puede contemplar un 'hippocaustum', el sistema de calefacción con suelo radiante de los romanos. Es curioso constatar que las estancias del ala norte (con otras dos torres, en este caso cuadradas, en ambos extremos) no tienen mosaico, sino una pobre mezcla de cal, arena y ladrillo machacado que da a sus suelos un tono rojizo. Era el acceso trasero a la casa, también con vestíbulo y planta superior.

No faltan las canalizaciones, que revelan la existencia de una fuente en el centro del jardín, las letrinas (que en esa época no tenían compartimentos ni, en consecuencia, privacidad) ni los baños, al oeste y fuera de la zona residencial. El área termal ocupa 900 metros cuadrados divididos entre el vestuario, las estancias con las piscinas templada y caliente (por excavar y pavimentadas de mosaico), la leñera y el horno para calentar el agua, y la alberca fría, junto al gimnasio, además de aposentos cuyo uso se desconoce: ¿salas de descanso y charla? ¿estancias de masaje entre inmersiones?

Extraído de El Mundo