La historia que
rodea a los dos amantes dista poco del drama shakesperiano de Romeo y Julieta
Fotografía de Jeanne Hébuterne con diecinueve años |
En una habitación lúgubre, haciendo las veces de estudio
y taller de trabajo, en el nº 8 de la artística Rue de la Grande Chaumièrede París, Jeanne Hébuterne está situada a los pies de la cama de su querido
compañero. AmedeoModigliani se
intenta agarrar a sus últimos momentos de vida. Ella, embarazada por segunda
vez de casi nueve meses, no deja de sostenerle la mano y lo retrata, en un
intento vano de retenerlo a su lado. Es el 24 de enero de 1920 cuando su vecino
y amigo, el pintor chileno Manuel Ortiz de Zárate, echa la puerta del estudio
abajo y se encuentra con la terrorífica escena: ambos sumergidos en la
inmundicia, rodeados de botellas de alcohol y en un claro estado de inanición,
tras llevar varios días sin saber de ellos. Modigliani está al borde del
delirio, y le pide a su querida Jeanne que lo acompañe en su viaje al cielo,
donde será su modelo para siempre.