Consideraciones
finales
El festejo de los toros
durante la Edad Moderna constituyó el acto festivo más popular de todos los que
se celebraban. Consolidado como una costumbre irrenunciable en ciudades,
pueblos, villas y aldeas, no se
concebían unas fiestas sin una corrida de toros. Y cuando por diferentes
motivos las prohibiciones reales o señoriales de esos lugares, bien fueran por
motivos luctuosos, bien por reveses económicos o militares, la población de
estos lugares vivía la prohibición como un auténtico drama.