Los
catalanistas se ponían las gafas históricas para echar un ojo a su pasado con
la intención de que todo el mundo lo tuviese presente: soy patriota, mi
historia es épica, mis tradiciones son mías y mi lengua, el catalán
En sus orígenes, el
catalanismo no tenía nada que ver con la actual política independentista. Aunque
embridados sin remedio, eran dos temas diferentes, si bien el primero dio pie
para que el segundo hirviese en las mentes políticas de sus principales
adeptos. Nada de levantar una patria propia, al contrario, el catalanismo, que
surgió en el siglo XIX bajo el nombre Renaixença,
pretendía mantener la unificación
española, eso sí, llevando bien a la vista la tradición catalana en la que
la lengua, sobre todo, jugaba un papel esencial.