El
eje rector, o metafísico es el concepto de “Incertidumbre”, desde lo filosófico
propiamente dicho, pero que discurre en el origen poético de la filosofía y en
la sentencia de Anaximandro “Ápeiron”
El eje rector, o
metafísico es el concepto de “Incertidumbre”, desde lo filosófico propiamente
dicho, pero que discurre en el origen
poético de la filosofía y en la sentencia de Anaximandro “Ápeiron”. Ese eje
rector se convierte en lo “negativo”, “lo demoníaco” que el autor desanda en su
torrente de mayor desamparo, que a contrario sensu define la idea de
religiosidad occidental, o metafísica, pero volviendo, reconstruyendo o
reviendo aquel concepto de mal, no como ausencia o contraposición del bien,
sino como la realidad descarnada del ser humano. En su pertinaz contradicción
existencial de ir por lo que nunca podrá ser asido (lo cierto, la certeza)
habitando por siempre en lo incierto, en lo maligno, pese a siempre querer
salir o huir de allí, su hábitat natural.