Cuando una persona le hace daño a otra,
la empuja dentro de un laberinto
Mosaico romano de Recia en el que se representa a Teseo y al Minotauro en el laberinto |
“Cuando una persona le hace daño a otra, la empuja dentro de un laberinto. A partir de ese momento, las murallas
encierran a la víctima. Pero en el laberinto no está sola. El culpable del
hecho también está adentro. A partir de ese momento la víctima y el culpable
quedan unidos. Víctima y culpable comienzan a caminar los pasillos angostos, y
quizá perpetuos, de un laberinto compartido” (Sivak, A. “El laberinto y el
perdón”).